No
volverá
la
luz de la primavera,
ni
el amor del verano,
ya
las últimas hojas doradas
habrán
volado
y
los pájaros habrán dicho
la
última palabra.
Tampoco
tus ojos
del
color del cielo
me
mirarán enamorados
ni
correremos por la playa,
dorados
por el sol, hacia el mar
ni
bailaremos en brazos del otro
hasta
el amanecer.
No
habrá más tiempo
para
ser observados
por
las estrellas en la noche
mientras
caminamos de la mano.
No
volverán los besos,
ni
las caricias.
Nunca
más mi cuerpo
tendrá
la fuerza
ni
el tuyo la tersura
de
la primera vez.
Sólo
la lluvia y los recuerdos
seguirán
golpeando
insistentes
en la ventana
mientras
observo
como
la vida y los sueños
se
pierden en la nada.
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