Siempre
tan lejos,
siempre
tan cerca
como
el día y la noche,
como
el sol y la luna,
como
el verano y el invierno,
condenado
a vivir lejos de ti.
Amaneciendo
cada día
siempre
tan lejos, siempre tan cerca
como
un río que busca el mar
sin
encontrarlo,
como
una playa
a
la que nunca llegan las olas,
condenado
a tu amor imposible.
Sin
embargo,
siempre
al despertar
vuelvo
a enamorarme
de
todo lo tuyo, de ti.
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